miércoles, 6 de enero de 2010

¿Escribimos? ¿Leemos?

Para continuar introduciendo al blog, nos preguntamos hoy: "¿Por qué escribimos?, ¿Por qué leemos?". El ser humano es la creación más exquisita del universo. Sus imperfecciones y el reconocimiento de las mismas y las ajenas lo convierten en un ser destacado. También, es un ser del lenguaje, de aquel elemento que nos da y nos quita, nos une y desune. La lengua es, en suma, parte de nuestra identidad, de nuestra cultura, de lo que nosotros somos. Es primordial el comunicar, el decir, el contar... todo aquello que haga fluir nuestros pensamientos y nuestros más profundos sentimientos. Las palabras pueden esculpir espacios colosales, que no son más que creaciones del ánima. No obstante, el escribir forma todas nuestras pasiones más hondas; ya sea acompañadas de la satisfacción de una lectura de un tercero o el simple orgullo personal de las fantasías fabricadas. Las posibilidades de jugar con la lengua nos hacen soñar, llorar, reir, dudar, temer... nos hacen sentir.

Leer y escribir son las virtudes indestructibles que los seres humanos poseemos. La virtud de comunicar, de mostrar, de ser. Las penas que nos agobian y frustran a algunos son aquellas nacientes al ver que muchos seres son, con desgracia, privados de tal celestial poder. Injusticia, ¿no?


...por Monsieur Magnifique

7 comentarios:

Deep Loving Feelings dijo...

Bueno Marian, bienvenido a este espacio, a este mundo de la blogesfera.
Seguro que te vas a sentir muy comodo aca, es un muy buen lugar donde yo pude encontrar gente maravillosa.
Espero que tengas éxito y me quedo a la expectativa de leer tus escritos.
Un abrazo grande
Martín

Amélie dijo...

yo creo que no sólo son creaciones del ánima, sino proyecciones de la misma, incluso algunas pueden hasta resultar proféticas y venir de otras vidas. para mí la literatura como tu foto lo dice con imágenes está llena de magia.
suerte
amélie olaiz

maga dijo...

Un Homenaje a las palabras de Pablo Neruda, para no olvides que son mágicas.

"Todo lo que usted quiera, si señor, pero son las palabras las que cantan, las que suben y bajan... Me prosterno ante ellas... Las amo, las adhiero, las persigo, las muerdo, las derrito... Amo tanto las palabras... Las inesperadas... Las que glotonamente se esperan, se escuchan, hasta que de pronto caen... Vocablos amados... Brillan como piedras de colores, saltan como platinados peces, son espuma, hilo, metal, rocío... Persigo algunas palabras... Son tan hermosas que las quiero poner todas en mi poema... Las agarro al vuelo, cuando van zumbando, y las atrapo, las limpio, las pelo, me preparo frente al plato, las siento cristalinas, vibrantes, ebúrneas, vegetales, aceitosas, como frutas, como algas, como ágatas, como aceitunas... Y entonces las revuelvo, las agito, me las bebo, me las zampo, las trituro, las emperejilo, las liberto... Las dejo como estalactitas en mi poema, como pedacitos de madera bruñida, como carbón, como restos de naufragio, regalos de la ola... Todo está en la palabra... Una idea entera se cambia porque una palabra se transladó de sitio, o porque otra se sentó como una reinita adentro de una frase que no la esperaba y que le obedeció... Tienen sombra, transparencia, peso, plumas, pelos, tienen de todo lo que se les fue agregando de tanto rodar por el río, de tanto transmigrar de patria, de tanto ser raíces... Son antiquísimas y recientísimas... Viven en el féretro escondido y en la flor apenas comenzada... Qué buen idioma el mío, qué buena lengua heredamos de los conquistadores torvos... Estos andaban a zancadas por las tremendas cordilleras, por las Américas encrespadas, buscando patatas, butifarras, frijolitos, tabaco negro, oro, maíz, huevos fritos, con aquel apetito voraz que nunca más se ha visto en el mundo... Todo se lo tragaban, con religiones, pirámides, tribus, idolatrías iguales a las que ellos traían en sus grandes bolsas... Por donde pasaban quedaba arrasada la tierra... Pero a los bárbaros se les caían de las botas, de las barbas, de los yelmos, de las herraduras, como piedrecitas, las palabras luminosas que se quedaron aquí resplandecientes... el idioma. Salimos perdiendo... Salimos ganando... Se llevaron el oro y nos dejaron el oro... Se lo llevaron todo y nos dejaron todo... Nos dejaron las palabras.

Dreamer dijo...

Hay mucha verdad en lo que escribiste...las palabras son un puente entre el alma y el exterior...
Buena introduccion a tu blog...n_n
nos seguimos leyendo...
gracias por pasarte por el mio....
saludos!!

Tomás Münzer dijo...

Con la palabra se transmite el conocimiento de generación a generación, y así vamos progresando, es una gran herramienta del ser humano, de las mejores, sino la mejor.

Chano dijo...

Amo leer y escribir. El lenguaje es lo que nos permite expresar lo que somos, entender y ser entendidos.

Fernando García Pañeda dijo...

Leer y escribir son pulsiones vitales imprescindibles para algunos seres humanos, entre los que humildemente me incluyo. Pero no para todos, ni mucho menos; por eso no va la humanidad tan bien como debiera.
Un saludo.

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