Si (como afirma el griego en el Cratilo)
el nombre es arquetipo de la cosa
en las letras de 'rosa' está la rosa
y todo el Nilo en la palabra 'Nilo'.
Borges, Jorge Luis. El Gólem
Es desde el amanecer al ocaso que llevamos las palabras como gajos de nuestra cotidianeidad. Están siempre presentes, a cuestas desde infantes hasta los más remotos tiempos de senectud. Aquellos vocablos son los capaces de acercarnos y alejarnos, y hasta alcanzar las ánimas de los demás. Las palabras, a diferencia de las piedras, son ya por sí mismas significaciones humanas, a las cuales da el poeta otra significación 1. Son aquellas palabras las que conciben a la Literatura y nos permiten alcanzar las más bellas joyas de la lengua que gozamos.
Desde la antigüedad grecolatina se intentó buscar una definición de Literatura, y es hasta nuestros días que no se ha encontrado. ¿Un misterio inexplicable? ¿Un eterno enigma sigiloso? Definitivamente. La Literatura es magia pura, creadora de horizontes superrealistas y paisajes nunca antes explorados. La Literatura sirve para comprender a los demás.2
Fue desde que al hombre se le ocurrió plasmar su pensar en un muro pétreo de alguna gruta que la Literatura existe. No debemos, seres de pasiones, olvidar las grandes influencias originarias de dicho arte. Pasando por los versos Cátulo y las controversias de Safo, atravesando las hazañas homéricas, los combates y desamores de Virgilio, los llantos de Esquilo y las carcajadas de Aristófanes; fueron sus palabras trascendentes en la historia algunas de las que hicieron a la Literatura un arte inspirador para las personas.
Es nuestra lengua la que nos arropa en los solsticios, aquella lengua que el vicio de hegemonía logró conseguir. ¡Qué sería de la lengua, sin aquella Literatura! Aquella Literatura que se ha extraviado en las hondas aguas del anonimato y ha padecido a divagación de la oralidad. Literatura que Manrique supo llevar al plano del inframundo y al edén, que Gracilazo supo cuidar cual frágil cristal, que Fray Luis de León y San Juan de la Cruz supieron espiritualizar y que Cervantes supo llevar hasta la excelencia del áureo lenguaje. Letras de capa y espada, invasiones y reinados, hambrunas y riquezas, prosas y versos. Es aquella la lengua que hoy nos escolta, adepta cual el mejor de los camaradas. Que nos acompaña a través de lunas y soles.
Sin embargo, no hay que olvidar que los grandes amores conllevan también los grandes dolores. Salimos perdiendo... Salimos ganando... Se llevaron el oro y nos dejaron el oro... Se lo llevaron todo y nos dejaron todo... Nos dejaron las palabras3. Nos conformamos como un todo capaz de diferenciarse y de tomar participación propia. Una Latinoamérica pensante. El deseo de propia liberación hacía latir nuestros cimientos, ¡y finalmente logramos despojarnos de las cadenas de las Sagradas Escrituras para poder crear nuestros propios escritos! Obras que realzaron lo propio, lo autóctono, lo originario, lo nativo. Arte de pueblos y naturaleza, de dominantes y dominados, de realidad y fantasía. Textos que luego de la resonancia de una explosión pudieron propagarse por todos los continentes y hacernos sentir ufanos del yo americano.
Supimos bien defender lo nuestro, y crear una Literatura perteneciente, salpicada de tinta plata y firmamento. Nuestras letras, nuestras palabras. Arte de revolución, de ideales, de libertad. No fue aquella sino la Literatura de nuestra identidad: una pasión argentina. Literatura de dualidad, de luchas constantes, de civilizados y bárbaros, de letrados y payadores, de intelectuales y obreros. Nuestra Literatura es perenne tanto como los trazados clásicos. Sobreviven desde las demasías más exacerbados de literatos efervescentes hasta las más duras prohibiciones y dictaduras militares. ¡Sí, nuestra Literatura es digna de orgullo! Literatura que Echeverría supo compartir luego de sus travesías, que Hernández supo marcar como “Biblia nacional”, que permitió a Laferrere y Discépolo plasmar los cambios transculturales y las injusticias más hondas, que alteró los tiempos reales e irreales de Cortázar, y Literatura de magnificencia, esplendidez, plenitud y honra que el gran Borges supo proyectar con humildad en todos los corazones argentinos.
Las palabras son colegas de vida que siempre nos ayudarán a defendernos y a no dejarnos avasallar ni sojuzgar por colosales titanes que adoptarían fácilmente una figura diminuta. La lengua nos permite ser quienes somos y adquirir un papel singular en este proscenio tan complejo al que llamamos “mundo”. Y si a usted, querido lector, le ha quedado alguna vacilación sobre el propósito de mis líneas, sepa que nada de lo que existe a su alrededor, ni siquiera estas sumisas hojas, sería posibles si no fuera gracias a la Literatura.
1 - MAchado, Antonio -2 - Amos, Álvaro -3 - Neruda, Pablo
¡Felicidades!
y todas las criaturas del Jardín
7 comentarios:
Son las palabras las que nos unen o desunen en un mundo irreal.
Palabras que dejan rastro de lo que somos o queremos ser.
Palabras escritas en un monitor.
Saludos.
Siempre se ha dicho que la Literatura nos transporta a otros mundos, nos hacer ver lo que no podemos ver a simple vista. Y en eso estamos, no sólo por lo que nos transmiten los demás, sino por lo que somos capaces nosotros mismos de extraer de nuestro fondo, de nuestro interior...y por supuesto, saber transmitirlo, que no es poco.
¡Que tengas un buen año 2011!
Gracias por aportar sus ideas a esta entrada. Me alegra saber que hay gente que comparte esta pasión.
realmente lo que escribis es simplemente genial...admiro tu forma de expresarte, y sobre todo de la reflexion tan buena que hiciste sobre la literatura, ese mundo tan magico que invade los corazones de muchos...n.n
las palabras realmente nos permiten soñar...
saludos!!! y segui escribiendo asi, que las palabras te guien por buen camino como hasta ahora..
En verdad que tu forma de escribir es genial. He disfrutado mucho la lectura y esta reflexión que me dejas.
Espero tengas un excelente año.
La lengua nos permite ser quienes somos y adquirir un papel singular en este proscenio tan complejo al que llamamos “mundo".
Qué hallazgo querido...
La literatura nos hace perennes.
Marita
Coloso, siento los pasos de un gigante...
La literatura como busqueda, sin descanzo hasta el yo real. La necesidad propia de la desmitificación o la ilusión como medicina del mundo y sus retorcijones. La creación como unas alas prestadas. La literatura como busqueda, simplemente...
Sigue escribiendo así y, si es posible, mejora,jeje.
Feliz 2011,
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