Documento NO literario - Carácter Deductivo.
A mi Triple M
A mi Triple M
Desde la concepción, se nos determina un lugar y una función especial que nos marcará a lo largo de la vida. Asímismo, los grupos de pares y el medio en que vamos creciendo día a día puede también crear nuevas metas, objetivos, sitios. No obstante, un gran cuestionamiento atenta a estas líneas: "¿Quién nos dice cuál es nuestra función?". Respuesta: "Los nombres".
El lenguaje es la herramienta fundamental para poder comunicarnos, expresarnos, ser. Si bien no digo nada nuevo que grandes como Saussure, Pierce e incluso el mismísimo Platón no hayan dicho, remarco muchos de sus postulados y agrego una pizca de los míos.
Volviendo a mi morada en el colectivo línea 378, observaba la oscuridad de la ciudad por la ventanilla. Tenues faroles. Me imaginé gritando la palabra "faroles", y supuse las miradas de la gente observando a los mismos por el vidrio. Pensé: si grito "colectivero" o "chofer", el señor que conducía seguramente tornaría a observarme. Cualquier palabra que yo emitiera, sería imaginada por quien me escuchara. "Árbol, banco, sombra, calle, automóvil, mujer [...]". No es nada nuevo lo que menciono, ya se me adelantaron diferentes teorías lingüísticas y semióticas. Pero este viaje me llevó a deducir algo más...
Cuando arrivamos al mundo, nuestros PADRES nos llaman HIJOS. Ellos cumplen una función, función de PADRES: nos crían, nos educan, nos regalan amor, entre otros. De tal manera, los HIJOS también tenemos obligaciones: obedecer a los padres, aprehender lo enseñado, hasta incluso la obligación de cometer errores y hacer travesuras. Los ABUELOS, que a su vez son PADRES, realizan diferentes actividades con sus NIETOS y sus HIJOS.
La relación con los HERMANOS es especial: incluye fidelidad pura, compañerismo pleno e incluso el deseo de pelea o discusión, sumamente natural. Son ellos nuestros pares y los que siempre estarán presentes para ayudarnos.
Crecemos, maduramos, y adquirimos nuestros primeros COMPAÑEROS DE COLEGIO. Con ellos, nos comportamos de ciertas formas que son diferentes a las que utilizamos con los llamados AMIGOS. Algún día escribiré sobre los amigos, pero no es un tema primordial aquí. Con los amigos se llega a un nivel de confianza. Nacen así los MEJORES AMIGOS, que (en mi opinión) no ocupan el mismo lugar que los AMIGOS, y por ende el trato con ellos debe ser diferente. Así pueden surgir variados roles: ENEMIGOS, COMPAÑEROS DE TRABAJO, VECINO, AMIGO DE UN AMIGO, PRIMO LEJANO, COMPAÑERO DEL JARDÍN DE INFANTES, E-PAL, LECHERO, etcétera... Pero cada uno con un lugar especial y una función a realizar, determinada por su NOMBRE.
De forma lamentable, llega un momento de la vida en que descubrimos a los rótulos como tautologías sin valor, vacías, llenas de nada. Sin objeto, cadencia, musicalidad ni contenido. Como afirmaron alguna vez: "Permanece primitiva la rosa de nombre, conservamos nombres desnudos”
Monsieur Magnifique