domingo, 30 de enero de 2011

Ama a tus hijos



Tras el anuncio de su progenitor, ella encaminabase dichosa y anhelante al encuentro del soberano, fuente de codicia. No concebía explicación, sino que estaba obstruida. Habíase propuesto olvidar los recuerdos de su infancia en Áulide, para emprender una vida de gloria junto al magnánimo. Ciega de razones, tanto así que nunca esperaríase el anatema de Artemisa, mucho menos, la traición del propio padre.
Monsieur Magnifique

martes, 11 de enero de 2011

Eterna caminata

Como dijo San Agustín de Hipona cuando se le preguntó qué era el tiempo, “Si nadie me lo pregunta, lo sé; si quiero explicarlo a quien me lo pide, no lo sé. ". Hubo, hace no tanto tiempo, una ocasión en el que el tiempo real se dispersó con el tiempo mental. Prefiero ser breve y conciso, y fundamentalmente claro, pero tomándome mi tiempo.

Recuérdome de pie, esperándola. Pocas veces había puesto tanto empeño en arreglarme que hasta mis medias combinaban con mi remera. El sol abrumaba mi frente y se convertía en un letal enemigo de la prolijidad. Estaba nervioso, muy nervioso. Oscilaba entre el peso de una pierna y otra, sin encontrar el equilibrio, mirando a los autos que pasaban. En frente, aquella casa rosada tan característica parecía ensancharse y bruscamente encogerse. En una rauda vista a mi izquierda, la vi venir. Ahora sí, voy a comenzar a ser minucioso en la descripción.

Se suponía estaba a pocos metros míos, pero su caminata fue apreciada como si se aproximara de hectómetros atrás. Portaba una dulce e impoluta imagen que con mucha sencillez frotó mi pecho. Sus sandalias color alba eran de perfecto encaje con su pantalón, y su blusa se enlazaba con el tinte anaranjado de sus mejillas. No caminaba, sino que se deslizaba en un pavimento dorado de forma sosegada. El viento la rodeaba y jugaba con sus cabellos volátiles que, por cierto, nunca perdían su delicadeza. Sus ojos se entrecerraban con el amanecer de una tenue sonrisa (de encanto, por supuesto, pero que desprendía cántaros de introversión) que irradiaba estrellas mar y dulce. Una mirada ansiosa me bamboleó, en especial en el sugestivo vaivén de sus pestañas danzantes. Me quedé días abrazándola con la mirada, aunque creo fueron meses eternos. Todo ese tiempo estuve de pie, pero cansancio nunca sentí. Sólo me reconfortaba el verla aproximarse, acercarse pero nunca arribar, de forma lenta. Todo ese tiempo, que se colapsó luego de un “Hola” que ella emitió.

Si me preguntan qué sucedió, les puedo decir que el tiempo se licuefizo en mis propias manos, y no pude ser capaz de verlo. Tuve oro y opté por rocas volcánicas, que siguen ardiendo hasta hoy. Me lamento no conocer el porvenir, ni poder asegurarlo o devenirlo. Pero considero que siempre estarán las mismas arenas, esperando a ser transitadas por una nueva pisada y deseosas de yacer en la espuma.
Monsieur Magnifique

miércoles, 5 de enero de 2011

2011

To be or not to be – that is the question:

Whether 'tis nobler in the mind to suffer

The slings and arrows of outrageous fortune,

Or to take arms against a sea of troubles

And, by opposing, end them. To live, to breathe

William Shakespeare -Hamlet (Adaptación)



Se avecina un nuevo ciclo.

Se siente la dulce brisa de cambios.
Se huele el aroma a lo desconocido.
Se admira las añoranzas del pasado.
Se despide del capullo colgante.
Se echa una mirada al brillo.
Se da una caricia duradera al sueño.
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